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Los distintos tipos de reservas: ¿cuál es el más adecuado para mi empresa?

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Los distintos tipos de reservas: ¿cuál es el más adecuado para mi empresa?

Las reservas son un elemento fundamental en la gestión financiera de una empresa. Se trata de una cantidad de recursos que se destina a cubrir posibles imprevistos, inversión a largo plazo, entre otros. Pero, ¿cuáles son los distintos tipos de reservas que existen y cuál es el más adecuado para mi empresa? En este artículo te lo explicamos.

Reservas voluntarias

Las reservas voluntarias son aquellas que se crean con la finalidad de mejorar la estructura financiera o incrementar el valor de la empresa. Esta reserva se crea a partir del beneficio neto obtenido en cada ejercicio económico. Es decir, la empresa reserva una cantidad de su beneficio para mantener una estructura financiera sólida.

Las reservas voluntarias son una excelente opción para aquellas empresas que cuentan con un buen margen de beneficios y buscan estabilizar sus finanzas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas reservas no se pueden utilizar para cubrir pérdidas, siendo por tanto una reserva de caracter preventivo.

Reservas por revaluación

Las reservas por revaluación tienen su origen en una revalorización de activos del balance, como por ejemplo, terrenos o edificios. Esta reserva se crea como una diferencia entre el valor contable y su valor actualizado. La finalidad de esta reserva es mejorar el valor de los activos netos de la empresa y reflejar de forma ajustada los valores de la empresa.


Reservas legales

Las reservas legales son obligatorias y se enmarcan dentro de la Ley de Sociedades de Capital. El objetivo de estas reservas es garantizar la estabilidad financiera de la empresa, por lo que tiene carácter preventivo y no pueden ser distribuidas entre los accionistas. Cada año, las empresas deben destinar un 10% de los beneficios netos a dicha reserva, hasta que alcance el 20% del capital social.

Reservas estatutarias

Las reservas estatutarias son obligatorias y son establecidas por la sociedad para cubrir gastos específicos, como por ejemplo, la ampliación de capital. Esta reserva se establece en los estatutos de la empresa y su cuantía es establecida en función de las necesidades de la sociedad.

Reservas para inversiones a largo plazo

La reserva para inversiones a largo plazo se crea con la finalidad de financiar proyectos a largo plazo, como la construcción de una nueva sede, la compra de maquinaria, entre otros. El objetivo de esta reserva es contar con una cantidad de recursos disponibles a largo plazo sin afectar a la liquidez de la empresa.

Reservas para contingencias

La reserva para contingencias es una reserva que se crea para hacer frente a posibles imprevistos. Como su propio nombre indica, esta reserva se destina a cubrir los gastos imprevistos de la empresa. Es importante tener en cuenta que los gastos cubiertos por esta reserva no son gastos habituales de la empresa, sino gastos extraordinarios.

¿Cuál es el más adecuado para mi empresa?

La elección del tipo de reserva va a depender de las necesidades específicas de cada empresa. Es importante que la empresa evalúe su situación financiera y necesidades a largo plazo antes de decidir el tipo de reserva más adecuado.

En este sentido, las reservas voluntarias son una excelente alternativa para aquellas empresas con un margen de beneficio positivo, que buscan mantener una estructura financiera sólida y evitar posibles imprevistos a futuro.

Por otro lado, las reservas para contingencias son ideales para empresas que operan en un sector altamente competitivo y que necesitan estar preparadas para afrontar imprevistos y situaciones adversas.

En definitiva, la elección de un tipo de reserva u otro dependerá de las necesidades específicas de cada empresa. Las reservas son un recurso fundamental para garantizar la salud financiera de la empresa a largo plazo y reducir la incertidumbre que puede generar el futuro.